Como cada 3 de Mayo, en Cafayate, la misa correspondiente a esa celebración se realizará el primer domingo del mes en la cumbre del Cerro San Isidro a los pies de la enorme cruz que allí se encuentra.
Como ocurre cada año, muchos peregrinos comienzan el ascenso del cerro San Isidro el sábado para pasar la noche en el lugar. Otros parten en la madrugada del mismo domingo.
En esta oportunidad, para este domingo 5 de mayo, un grupo de aproximadamente 50 Scout se adelantaron y partieron para ir arreglando y limpiando el camino de malezas y piedras.
Todos los años entre 400 y 500 personas suben a “la cruz” a participar de esa misa. En esta oportunidad la policía dispondrá de personal apostado desde el sábado en la cumbre para colaborar con los peregrinos y controlar que no haya consumo de bebidas alcohólicas y prevenir posibles accidentes.
La historia del Día de la Cruz
La celebración del Día de la Cruz nace en relación con el relato del hallazgo por parte de Santa Elena de la auténtica Cruz de Cristo. Este relato figura en los pasionarios del siglo X y puede resumirse así: En el sexto año de su reinado, el emperador Constantino se enfrenta contra los bárbaros a orillas del Danubio. Se considera imposible la victoria a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tiene una visión: en el cielo se apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, In hoc signo vincis («Con esta señal vencerás»).
El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad a la multitud enemiga. De vuelta a la ciudad, averiguado el significado de la Cruz, Constantino se hizo bautizar en la religión cristiana y mandó edificar iglesias. Enseguida envió a su madre, santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y con torturas consiguió la confesión del lugar donde se encontraba la Cruz a Judas (luego San Judas, obispo de Jerusalén).
En el monte donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontraron tres cruces ocultas. Para descubrir cuál de ellas era la verdadera las colocaron una a una sobre un joven muerto, el cual resucitó al serle impuesta la tercera, la de Cristo. Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz, el tres de mayo.